Estos cinco músicos madrileños han creado un homenaje a las canciones más emblemáticas del pop español y han conseguido una contundencia y convicción sobre el escenario incuestionables, convirtiendo cada actuación en una fiesta y una invitación al recuerdo.
El repertorio, después de estos siete años, ha crecido lo suficiente como para que los conciertos sean entendidos más como una máquina de discos interactiva: en ocasiones el concierto ha durado el doble del tiempo previsto a petición expresa del público, que iba anotando las canciones que quería escuchar (de Cadillac Solitario a Divina, de Chica de Ayer a Mil Campanas), dejando notas sobre el escenario.